No muy lejos de la escuela 66 de Colonia la Paz está pueblo Porvenir.
Recordemos brevemente que sus habitantes se reúnen año tras año para vivir intensamente la fiesta de San Isidro Labrador, el santo de las cosechas.
El presente relato nos transportará a tiempos donde la colonia vivió intensos y proficuos años de esplendor productivo, común denominador de otras tantas sociedades de aquel entonces, que formaban parte de las comunidades rurales sanduceras.
Existió un tiempo en el cual fueron muchas las localidades del interior rural que apuntaban a convertirse en fuertes polos de desarrollo. De hecho, algunas marcaron una fuerte incidencia en la producción departamental y regional. Este es el caso de pueblo Porvenir, una localidad al sureste de nuestra ciudad y a unos veinte minutos de viaje. El pueblo de gran avenida central de exuberantes canteros se originó como una colonia de inmigrantes españoles provenientes de la madre patria a través de Concepción del Uruguay, Argentina. Originalmente la colonia se formó en terrenos pertenecientes a Setembrino Pereda a través de un proyecto trazado por Vicente Mongrel, fundador de la colonia . Es así, que por el año 1870se dividieron los terrenos en chacras de veinticinco cuadras, el equivalente a unas dieciocho hectáreas, a las que se agregaron unas cuarenta familias españolas provenientes de la provincia de Entre Ríos, para que enseñaran a plantar y hacer huertas a los pobladores de entonces. El gobierno de José Batlle y Ordóñez otorgó herramientas necesarias para ejecutar las tareas. La prosperidad no se hizo esperar y la fuerte producción atrapó a otros interesados, quienes seducidos por esa posibilidad de crecer y trascender se instalaron en el territorio.
1890 y 1895 fueron los años donde la gran masa de inmigrantes españoles pobló los campos de la colonia. Mientras que en 1903 se conservaotros inmigrants alemanes, rusos e italianos. Más tarde llegaron otros procedentes de Brasil, pero se trataba también de europeos, que soñaban con la tierra prometida. La colonia llegó a exportar parte de la producción agrícola a Pelotas, Brasil. Treinta años más tarde se fundó la colonia. Hubo grandes acopiadores, quienes contrataban carretas que transportaban la producción hasta parada Esperanza donde el ferrocarril se encargaba de llevar la preciada mercadería a otras localidades y ciudades distantes a ala colonia. De los edificios más emblemáticos se conservan hasta nuestros días, la vieja casona donde funcionó la comisaría, la casa del coronel Rodríguez pegada a la comisaría, la casa de Mussio es un viejo edificio donde opera la planta reductora de la Usina de Transmisiones Eléctricas, la finca de don Juan Julio Ferrari, el edificio de la vieja escuela 14 fundada en 1895, que fue el primer centro educativo del pueblo. Según cuenta Adela "Lila" Silva de Roggerone, quien abrió la puerta de su casa y me recibió para contarme parte de esa apasionante historia. "La colonia elaboró muchos emprendimientos de proyectos que después no se concretaron.
El ramal ferroviario que uniría Esperanza con Fray Bentos, apenas alcanzó a rayarse en los papeles. Mientras que el trazado de la ruta tres pudo haber pasado por el pueblo, pero los estancieros de la época no quisieron vender sus campos y la idea cayó rápidamente por tierra. Era muy difícil transportar lo que se producía, aunque la diligencia de Federico Volpe resolvía en parte aquellos inconvenientes. Entre los años 1910 y 1935 la producción marcó un movimiento importante en toda la zona. Pero en 1936 las cosas cambiaron drásticamente. El conflicto bélico armado de la guerra mundial acentuó la crisis y no había combustible. La comisaría repartía por bonos, cinco litros de queroseno por mes y por familia, seguramente años críticos agravados por una invasión de langostas, no se podía consumir harina porque enfermaba, la leche tenía un sabor agrioporque las pasturas no eran de buena calidad y para sellar la gran catástrofe, en 1942 sufrimos una gran sequía que agravó aún más el panorama. Fue la situación más compleja que recuerdo por la cual el país atravesó. Pero en 1948 los proyectos de ingenios fabriles de la ciudad devolvieron las esperanzas para la gente de estas tierras.
Azucarera del Litoral y la producción de remolacha azucarera, Famosa y la necesidad de producir árboles frutales y las plantaciones de trigo, seguramente Paycueros y Paylana y otras industrias reavivaron los sueños. Adela conocida en el pueblo como doña Lila - apasionada en su relato - afirma que, "se ha perdido el hábito de trabajo, las nuevas generaciones emigraron en busca de nuevos desafíos que lejos estuvieron siempre de concretarse en Porvenir.
El ver la cantidad de taperas que definen el nuevo escenario me produce mucha tristeza. Seguramente hubo un tiempo que fue hermoso cuando una mira atrás con gente comprometida mirando más allá".
TEXTO EXTRAÍDO DEL LIBRO: "EL OTRO VECINO"
AUTOR:RICARDO CATTANI BARCIA
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